La Orientación Educativa, entendida como un proceso de ayuda a los/as alumnos/as en su proceso de desarrollo académico y personal, constituye un importante factor de calidad de nuestros centros, contribuyendo a proporcionar al alumnado una educación integral en conocimientos, destrezas y valores, ya que aquel viene a ser entendido en sus plurales dimensiones: social, afectiva, intelectual y física. Esta importancia queda reconocida en la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre , para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), que contempla la Orientación Educativa: Académica, Personal y Profesional, como uno de los principios y fines por los que debe regirse el Sistema Educativo Español en estos momentos, siendo considerada una responsabilidad compartida, y no sólo la competencia de ciertos “especialistas”.

Por otra parte, la Orientación se concibe no sólo como las intervenciones directas hacia sus beneficiarios últimos: los/as alumnos/as, sino también todas aquellas que podríamos considerar indirectas a través de las intervenciones con sus familias, sus profesores/as, etc., en un intento de coordinar los esfuerzos de los diferentes agentes implicados en la educación de los/as jóvenes en la búsqueda de su desarrollo integral.